Después de mentirle a un cura
11 febrero, 2010
El bar Bastartxo lleva años cerrado y con la verja echada, pero conserva el rótulo. Me ha costado dar con él y para hacerlo he tenido que mentir a un cura. No sé si es periodísticamente apropiado, pero como he estudiado en un colegio de jesuitas y me han mentido tantas veces, no creo que tenga la menor importancia».
Los comentarios están cerrados.