Bajar los brazos
12 febrero, 2010
La calle Miramar, en Donosti, contempla de frente a la bahía de La Concha, aunque ahora una valla de obras rompa la relación por un tiempo. A unos pocos metros están los jardines de Alderdi Eder, con tamarindos de troncos tan retorcidos que hacen pensar en huerto de olivos. Leyendo la documentación de este asesinato no pudo sino llamarme la atención el hecho de que un hijo de Diego Fernández Montes, ante el saludo fascista de un grupo de personas al paso del féretro, les dijera que bajaran los brazos, que su padre nunca saludó de ese modo. ¿Hay alguien, en el espacio de la izquierda patriótica vasca que aún tolera la violencia, que sea capaz de exigir que se bajen los brazos?
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