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Detenerse ante un semáforo

12 febrero, 2010
10-01-1980. Jesús María Velasco Zuazola. Vitoria.

10-01-1980. Jesús María Velasco Zuazola. Vitoria.

La mañana ha sido complicada. He sacado las fotos con una hora y media de retraso. No he podido llegar antes. En Vitoria, tal vez porque el frío congelaba, nadie ha podido escarbar con acierto en sus recuerdos. He preguntado a tres personas. Ninguna de ellas recordaba, es posible que ninguna haya hecho el esfuerzo, más atentos al clima. Velasco Zuazola, un comandante del ejército asesinado por ETA hace treinta años, acababa de dejar a sus hijas en el colegio de las ursulinas. Pero no eran los datos necesarios, o eran insuficientes, o la mañana solo estaba para ir andando despacio, con la mirada clavada en el suelo y los oídos aletargados por el silencio de la nieve, tan blanca y pura, dicen. ¿Cuál es el primer semáforo en que hay que detenerse tras salir de las ursulinas?, pregunto a un conductor cuyo vehículo espera ante un semáforo de Ramiro Maeztu. Este mismo, me ha respondido. La calle es corta. Hay dos semáforos más. Los estudio y me decido por el primero con un ligero escozor: la ruta de huida es mejor.

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