Desayuno en el Daytona
Mientras desayuno en el bar Daytona, en Andoain, escucho hablar en portugués a la mujer que atiende la barra. Sorbo un cortado frente a un periódico mientras en la televisión un presentador informa de los movimientos de ETA en Portugal. Pura casualidad. Es la vida, y hay quien le llama destino, quien nos lleva de un lado a otro con la boca abierta o nos deja plantados como una estaca, atentos a la huerta. Vamos y venimos por donde podemos, hasta que llegan la ignorancia y el fanatismo dictando normas para tratar de imponer su camino.
No hay nadie en la mesa donde Joseba Pagazaurtundua desayunaba. Sorbía un cortado frente a un periódico cuando le asesinaron. Quiero pedir permiso, pero la camarera tiene genio y lo más probable es que me lo hubiera negado, así que procedo a limpiar la cámara, también los objetivos. Pruebo el obturador y se me escapa una foto, más que nada para certificar que no haya motas de polvo, que la imagen resulte diáfana, acogedora, como si Joseba estuviera a punto de entrar y sentarse a mi lado.
Los comentarios están cerrados.