Vaya, cómo se olvida uno de algunas cosas.
La fábrica de Aplicaciones Técnicas del Corcho primero estuvo en Aduna y después marchó a Villabona. Hace años de eso, tantos que en los talleres donde pregunto me mandan a Villabona de todas todas. Acabo por sospechar que jamás estuvo en Aduna, incluso me desvío hasta Zizurkil con una información errónea, pero allí no está. Así que vuelvo a Aduna y de nuevo me vuelven a indicar el camino hacia Villabona.
Es imposible que el rastro de una planta industrial se pierda ante mis narices. Lo sé, tan solo debo buscar mejor, pero el frío es intenso y cuesta abandonar el calor del vehículo. Tras unos minutos caminando por una zona de talleres y almacenes sin un alma a la vista, veo a tres jubilados que pasean. Me dirijo hacia ellos. Son antiguos trabajadores de la zona y dicen conocerla bien. Aun así, dudan. ¿La planta de ATC? En Villabona, dice uno. No, dice otro, más hacia donde está ahora Unipapel. Pero hace muchos años de eso, dice el tercero. ¿Seguro que no estaba también en Villabona la planta vieja? No, no, estaba aquí en Aduna, lo que pasa es que… entonces les digo lo que estoy buscando. El lugar donde ETA asesinó en 1978 a un guardia civil retirado que se llamaba José María Acedo Panizo y que en aquel tiempo trabajaba como portero de la fábrica. Casi al instante, los tres hombres viajan treinta y dos años y me indican el lugar sin duda alguna. En la entrada a este polígono, dice uno, pegadito a la carretera, ahí estaba la portería de la fábrica donde lo mataron. Si, ahí mismo, dice otro. Y el tercero, ¿aquello era ATC? Vaya, como se olvida uno de algunas cosas.
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